sábado, 26 de mayo de 2012

TANDEM-eando por Suiza (Día 2): Morzine - Avoriaz y 10K de Pully

Nos levantamos temprano y subimos al ferri para cruzar el lago Leman. Evian, era la destinación. Evian y Lausanne, se miran, siempre se miran, pero el lago las separa. Allí empezaría nuestra segunda aventura. De hecho esta localidad ya pertenece a Francia, con lo que el título de la entrada pierde un poco de sentido (pero supongo que se me perdona).

El plan del día era llegar a la estación de esquí de Avoriaz, subiendo el Col de Jeux Verte, o lo que es lo mismo, la carretera que une Morzine (950 m) y Avoriaz (1800 m). Claramente el objetivo de todo esto era el de superar un puerto del Tour de France, y Morzine-Avoriaz lo era: año 2010, final en alto de la 8ª etapa. Victoria para Andy Shleck después de un ataque demoledor.


(Perfil Col de Jeux Verte)

De Evian a Morzine, unos 40 km, la tendencia siempre fue a subir. El lago Leman esta a una altura de 350 metros sobre el nivel del mar; Morzine, a 950. Seguíamos el cauce de un río de agua azul. No quiero equivocarme pero creo que los ríos que se alimentan del deshielo tienen esa tonalidad. Antes lo había visto. Los árboles nos protegían de los rayos de sol. Túneles y poco tráfico.

Morzine tiene las edificaciones preparadas para los kilos y kilos de nieve que caen durante el invierno. Paramos a respirar, los dos ya estábamos algo cansados. Levantando la vista podías ver montañas por todas partes. El blanco aun era protagonista en todas ellas.

(Parada a Morzine)

(Objetivo: llegar donde estan las nubes) 

Empezamos la ascensión del día. Un cartel nos advertía de que nos aguardaban 14 km con una pendiente media del 7%. Subir en tándem no es fácil. No éramos capaces de levantarnos para hacer bailar la bici como hace Alberto Contador. No sé si es por falta de coordinación o porque realmente no se puede. Subíamos la montaña siguiendo una carretera serpenteante, al más puro estilo Tour ¡Me gusta! Km 8: íbamos muy tocados. El calor era asfixiante. Teníamos los nuevos edificios de Avoriaz al horizonte, pero aun estaban a una cota superior. Por nuestra cabeza pasaban las sabias palabras de Perico Delgado: “Hay que acompasar la respiración”. La sensación de subir en tándem es como la de cargar con un remolque, y no porque Oriol no empujara (sorprendentemente lo hacía muy bien). Por el otro lado, en llano se avanza muy fácilmente. Últimas rampas y llegamos. Fue gratificante poder poner pie al suelo. Des de allí arriba teníamos centenares de imágenes de postal.

(Avoriaz, 1800 metros)

(Contentos por haber llegado)

(¡Que arranca el vuelo!)

La vuelta fue muy rápida ya que el terreno era favorable. Tocaba deshacer todo lo que nos costó unas 3 horas conseguir. Nos ganamos la siesta (¡Vida de PRO!, como diria Albert Reig).

Por la tarde, Oriol me encontró un 10K en Pully, una población al lado de Lausanne. Aquí todas las carreras son increíblemente duras. En total fueron tres vueltas a un circuito con bastante desnivel para completar los 10.300 metros de los que constaba la prueba. Al poco de empezar nos quedamos solos en cabeza un atleta de Lausanne y un servidor. Nos controlábamos mientras los km iban cayendo. Me parecía bien el planteamiento. Un rato iba delante yo, un rato tiraba él. A falta de 500 metros y aprovechando un falso llano incrementé el ritmo dos veces consecutivas. Si nos la jugábamos al sprint final me ganaría seguro. 200 metros para la meta. Había una subida. Cambié de nuevo con todo lo que tenía. Como imaginé, sus piernas largas y finas se guardaban un buen final. Los últimos 50 metros, con ligera bajada, sentenciaron el orden en el podio. No está mal. Al final, paré el crono en 38’17’’.


(El podio)

¡Día completo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno Antolí (segun dices tú mismo) no sereis capaces de hacer bailar la bici como Contador, pero si es seguro que vuestra aventura y tu crónica nos hacen pasar un rato más que agradable a muchos de los que pasamos por aquí.

Gracias! Y enhorabuena también por ese podium. Levi.