jueves, 24 de mayo de 2012

Solo buenas intenciones. 17º en Sant Feliu

Sant Feliu de Guíxols, mi tierra prometida. Me gusta competir allí. Incluso escribiendo estas líneas des de Lausanne (Suiza) me entra nostalgia cuando relaciono esa población de la Costa Brava con el triatlón. Ha pasado el tiempo y nada ha cambiado: la posición de las boyas, el emplazamiento de los boxes, el circuito de bici… todo tal y como lo guardé aquel primer día. He crecido como triatleta en Sant Feliu: el debut, el primer podio SUB23, el primer podio ABSOLUTO, la resurrección.

Por quinta vez consecutiva nos presentamos a la playa del pueblo a competir y con el objetivo de hacerlo bien. Antes de empezar hubo algo de pseudo-tensión debido a una metedura de pata de la federación (por decirlo finamente). Nos separaron en tres salidas habiendo grandes nombres en la primera, y otros tantos en la segunda. Fruto de ello la clasificación final ya estaba desvirtuada antes de comenzar. Nadie lo pudo entender y todavía nadie lo entiende.

Buenas intenciones antes de empezar, solo eso. Todo lo que vino después no cumplió mis expectativas. Un mar semiagitado dificultó los 750 metros de natación. Aunque lo peor fue al inicio: se desató una guerra para ver quien repartía más estopa ¿Había un guardón especial al juego “no limpio”? Sufrí como nunca para encontrar mi sitio. Lo hice pero tarde.

(Ya era tarde)

Muy descolgado de los triatletas que habían tocado tierra primeros, intenté buscar motivaciones para seguir conectado a la carrera. “Vamos a por un buen parcial ciclista”, pensé. Ya durante la primera subida pasé a 5 o 6 contrincantes. Buen ritmo. Sin encontrar colaboración, seguía apretando. Pero al rato vi la luz. Cesc Prat (del Mataró), Lluís Vila (del Terrassa) y Jordi Vilà (de Bicis Esteve), tres locomotoras, aparecieron de la nada. Compartimos esfuerzo hasta la bajada hacia el punto de giro. Los tres descendieron desafiando todas las leyes de la física. Lo intenté, perdí cinco metros que al girar se convirtieron en 10. Luego 15. Ya era tarde. Los trenes solo pasan una vez. Finalmente, y a pocos kilómetros para la T2, algo que hubiese sido un problema grave (salida de la cadena de la bici) se convirtió solo en una anécdota.

(A punto para la T2)

La carrera a pie siguió el guión de los dos segmentos anteriores: justa. Todo esto para acabar en la 17ª posición absoluta. No contento con el resultado ni con el rendimiento mostrado, hay que esforzarse para mejorar en la próxima.


(¿El mono nuevo? ¡Como una segunda piel!)

Genís Grau ganó la primera serie, y Santi Pellejero la segunda, quedando en este orden en la general. Lo triste es que los dos no pudieron verse las caras. Esperemos que tome nota la federación. El podio lo completó Roger Serrano.


Por equipos nos alzamos con la victoria gracias al 5º puesto de Rodrigo Torres, el 10º de Carlos López y el 11º de Sergio García ¡Muy bien!

Ahora a disfrutar de Lausanne con la mejor de las compañías (mi hermano) y con un tándem. A ver donde nos lleva.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena reflexion!!! Muchas detalles que controlar en este deporte!!! Te volvera a salir tu carrera de nuevo!!
Richard calle

Antolí Fauria dijo...

Richard, es difícil mantener el nivel en todas las carreras. Tu lo haces, otra razón por la que te admiro. La Liga nos espera!