martes, 27 de marzo de 2012

Duatló Olímpic de Banyoles

Todo el mundo sabe en estas alturas que la capital del Pla de l’Estany es un magnifico paraje para practicar deporte. Esta vez tocaba desplazarse allí para correr el duatlón olímpico que la localidad organiza a la perfección cada año.

(Antes de empezar)

En la línea de salida un nivel alto. Hoy por hoy ya no es una novedad que la prueba tenga grandes competidores, sino que ahora es difícil encontrar una prueba donde el nivel sea medio. En este sentido, no me canso de recordar que la calidad de los duatletas/triatletas sube exponencialmente año tras año y el tren no espera a nadie. Salida y después de la primera curva ya se empezó a formar el grupo de favoritos. Tardaron menos de 1 km en meter tierra de por medio. Unas 15 unidades (increíble pero cierto) eran capaces de correr a un ritmo muy exigente: Baldellou, Vila, Torrades, Queralt, Capdevila, Budai y Cónsola entre otros. Por detrás, los que no pudimos seguir esos primeros tirones formamos un grupito perseguidor. Al paso por la primera vuelta ese segundo pelotón ya estaba consolidado y yo luchaba para no descolgarme. Perdía fuelle y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a mis rivales 20 metros por delante. Sufría más de la cuenta (¿quizá debido a un pobre calentamiento?). Sin embargo, a falta de unos 3 km, y afortunadamente para mí, las piernas empezaron a pedir gas permitiéndome conectar rápidamente con el grupo, que ya había calmado el paso para llegar fresco a la T1. No contento con eso, y en plena simbiosis con mis extremidades inferiores, continué exprimiéndome. Me sentía bien.

Una veloz transición me permitió coronar con tranquilidad la primera subida conocedor de la peligrosidad que tiene después de un esfuerzo como un 10.000 a pie o un 1500 de natación. Confiado por el correcto sector de bici que me salió en el MD de Valencia decidí pasar al ataque. A lo largo de los primeros 20 km lancé unos 5 ataques y el último de ellos fructificó tímidamente en compañía de un duatleta del ETB Vic. Anduvimos escapados un par de kilómetros. Cuando el grupo nos absorbió de nuevo finalizó por completo mi carrera. Ya sabía que el gran Quim Soler del Mataró (uno de los cinco mejores ciclistas del circuito catalán de duatlón y triatlón) estaba allí con nosotros y eso no me arrugó. Mi idea era clara desde el inicio. Así, Quim movió ficha justo cuando el grupo contactó con nosotros, dejándome clavado. No supe ni pude reaccionar a un latigazo de tal magnitud. Quedaban unos 20 km. Intenté por todos los medios volver a entrar, pero cuando un pelotón de 20 ciclistas viaja a velocidad de crucero, se convierte en una auténtica utopía. Solo, completamente solo, llegué a la T2 perdiendo unos 3 minutos con el grupo delantero y habiendo mantenido la distancia con el grupo que me precedía. Ahora sé que sentiré durante el sector ciclista del triatlón B que se disputará allá mismo.

(Antes de llegar a la T2)

(Corriendo hacia la meta)

El último 5000 se convirtió en un trámite. Sin posibilidades de atrapar a nadie, me limité a cruzar la línea de meta en la 31º posición que tenía adjudicada des de hacía muchos kilómetros.


No es un resultado para estar contento, pero tampoco me arrepiento de la decisión tomada. Debía probarme.

El objetivo ahora es poder luchar con los mejores. Muy pronto llegaremos.

Los triunfadores de la mañana fueron, en este orden, Iñaki Baldellou, Xavier Torrades y Pau Castellvell ¡Felicidades!

No hay comentarios: