lunes, 18 de abril de 2011

No queda otra que seguir trabajando

Cuando en el Campeonato de España de Duatlón Élite se junta lo bueno y lo mejor del país (según el delegado técnico de la prueba, el nivel más alto visto en una prueba de duatlón desde siempre) y a uno no le sale una buena carrera, pues el resultado es, sin lugar a dudas, malo.

(Primer vez que se corre con el apellido impreso en el mono. Sin dorsal) 

Me presentaba en la carrera con los deberes hechos, encadenando unos buenos entrenos sobre la bici y corriendo lo habitual (poco pero bien). Con lo que creía en mis posibilidades. La salida fue fuerte, pero en lugar de seguir a todos y volar en los dos primeros km, había apostado por un 10.000 en progresión (la vuelta de 2.500 metros era muy dura, como un cros pero sobre asfalto. Es decir, subidas y bajadas y muchos cambios de sentido). Pero a los pocos minutos de empezar (y regulando las fuerzas) ya veía que algo no iba bien. En ningún momento fui capaz de engancharme a otro duatleta (me pasaban TODOS, tanto en subida como en bajada) y el ritmo era claramente en regresión. Antes de llegar a la T1 tomaba la decisión más importante del día: “hay que acabar sea como sea”. El objetivo, después de sufrir tanto (por tan poco) durante esos 10 km de carrera a pié, había cambiado.

(Durante el 10.000)

(T1)

A partir de ahí, se formaba un pequeño grupo y lo más importante era no ser doblados por los tres líderes (Emilio Martín, Roger Roca y Fernando Alarza, en este mismo orden en el podio), con lo que el ritmo de pedaleo era poco exigente (estaban muy lejos, no nos atraparían de ninguna manera). El circuito ciclista era también duro, con una subida importante a lo que longitud y pendiente se refiere. Sorprendentemente, tenía buenas piernas encima de la bici, pero el premio era muy escaso para intentar una escapada en solitario.

T2 francamente mala, y sensaciones peores que en la primera carrera a pié. Ahora sí que el fantasma del abandono aparecía en cada zancada. Muy poco avance, mucho sufrimiento. Me cuesta entender como no podía correr más rápido (en ninguno de los dos segmentos de carrera) cuando las sensaciones encima de la bici no eran tan malas. Había estado corriendo bien: en las carreras de campo a través, en las carreras populares, en los duatlones… Mientras que ayer, aunque estoy de acuerdo de que el nivel era muy alto y exigente, mi grupo estaba un poco más adelante. Espero que efectivamente, solo fuese un mal día.

(Casi sin fuerzas para avanzar) 

Esta vez un objetivo muy conservador como es el de simplemente acabar (aunque nada despreciable), seguro que aportará mucho en un futuro no lejano. Después del abandono en Sant Joan ayer era necesario cruzar la línea de meta. El hecho de no rendirse cuando sufres tanto te ayuda a crecer. Como dice Julio, un Gladiador nunca se rinde.

Grandes carreras se acercan.

Resultados oficiales:
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Anims Antolí, un campió com tu s'ha de forjar en batalles com aquestes, patint i aprenent lo car que és obtindre la glória. Segur que en treuràs moltes coses possitives dels darrers resultats.
Sempre amunt!!

Victor.