miércoles, 4 de julio de 2012

6º en Puigcerdà

Otra vez han pasado muchos días des de la última actualización. El trabajo, los entrenamientos, y simplemente el humor, son las tres principales causas de esa laguna literaria. Dos crónicas de dos carreras tengo pendientes: la primera, corresponde al clasificatorio para el campeonato de España élite de Banyoles disputado hace ya más de dos semanas, y la segunda, la del triatlón de Puigcerdà; prueba del pasado fin de semana. Ya des de niño, cuando merendaba pan con chocolate, siempre comía en primer lugar ese dulce placer de los dioses. Siguiendo esa misma filosofía para escoger la carrera a explicar, continúo aparcando el triatlón de Banyoles.

Puigcerdà está lejos, en plena naturaleza pirenaica, y es por eso que muchos de los participantes optamos para pasar la noche del viernes allí.

El día despertó acorde con la tranquilidad de la zona. Ya con el neopreno enfundado, un corto calentamiento sirvió para recordar al cuerpo que tocaba competir. El muy cobarde no estaba dispuesto a ponérmelo fácil. La pesadez de brazos se dejaba notar y aquella agradable sensación de ligereza tampoco aparecía. Algo que desafortunadamente acostumbra a ser frecuente.

(Al pontón antes de empezar)

A grosso modo, el recorrido de natación lo formaban una vuelta y media al lago del centro de la localidad. La combinación sin olas y con neopreno era magnífica para mí. Hasta la primera boya nadé prácticamente solo esquivando los temidos golpes de las aglomeraciones. Los favoritos se fueron a la derecha del pontón de madera. Había mucho jaleo allí. Fue clave la elección del punto de salida y el giro en esa primera boya. Al sacar la cabeza del agua estaba a pies del grupo de favoritos ¡Excelente! Durante la T1 me pude localizar: Sergio García justo adelante, Carlos López justo detrás, Richard Calle a la vista… Un momento… ¿Richard a la vista? Ver también a Albert Parreño (Fasttriatlon) supuso la confirmación de que el sector de natación había sido bueno de verdad.

Richard, generoso, ofreció su rueda y nos acercó a Antonio Roldán (Mataró), escapado hasta el momento. Lideré la prueba durante algunos centenares de metros. Es un lujo sentir que vas primero. Es un lujo ver a la moto de la policía que abre la carrera. Es un lujo competir con la gente que estaba allí. Unos tres km de subida conformaban la parte más dura del recorrido (juntamente a los 500 metros antes de dejar la bici a la T2) y es allí donde se decidió todo. Richard movió ficha y el pelotón tembló como hojas bailando al ritmo del viento otoñal. Sacó a relucir su clase encima de las dos ruedas componiendo una preciosa sinfonía con cada una de sus pedaladas. López de Sagredo (un junior del Fasttriatlon) y Carlos (mostrando su buenísimo estado de forma) se agarraron a la rueda del virtuoso Calle. El podio se iba. Quedamos cuatro en un segundo grupo, entre ellos Macara (Manresa) y Pagès (Fasttriatlon). Sobre el km 10 llegaron al grupo Soler (Mataró) y García (que sufrió una caída en la T1) y el primero de los dos, como si de un enviado del diablo se tratase, convirtió los escasos km que quedaban en un infierno.

(Antes de entrar a la T2)

Salí ligeramente mejor de la T2 que mis rivales, pero pronto Sergio se unió a la fiesta. Ibamos cuarto y quinto respectivamente. El ritmo que llevábamos no era muy exigente y desafortunadamente yo sufría. Los fantasmas de la carrera a pie volvían a aparecer. No acaban de salir las cosas en esta disciplina. Fuimos juntos hasta que a falta de 2 km Sergio se fue a por esa trabajada medalla de chocolate. Lluís Vila (Terrassa) venía como una exhalación por la retaguardia y nada pude hacer para no ser superado. Otros buenos corredores avanzaban con fuerza pero la meta ya estaba demasiado cerca. La sexta plaza era mía.

(Se nota la falta de fuerza en la zancada)

La lucha por el podio finalizó con el sorprendente  López de Sagredo ocupando el cajón más alto; Richard acabó segundo y Carlos obtuvo una merecidísima tercera posición. Por equipos ganamos gracias a la fantástica aportación de Sergio como tercer hombre.


(¡Nadie respiraba en la foto!)

Por su parte la gladiadora Mar Celma cruzó la linea de meta en la tercera posición final absoluta completando así un buen fin de semana para el CN Prat.
 
La necesidad de descansar empieza a ser evidente, eso podría explicar la bajada de rendimiento en la carrera a pie, aunque también barajamos otras opciones. Cuesta asimilarlo mentalmente y más cuando hace un par de meses todo iba viento en popa. 

Un triatlón para repetirlo el próximo año (organizativamente hablando un 10) y desquitarse de esa sensación de haber corrido mal.

Por último felicitar a todos los amigos y compañeros FINISHERS (y no finishers) que se desplazaron a Austria para participar en el Ironman de Klagenfurt!

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