miércoles, 4 de enero de 2012

7a Sant Silvestre de Girona

Muchos sabemos que no hay mejor forma de despedir un año que corriendo una San Silvestre, y este 2011 no fue la excepción. Al igual que en las últimas tres temporadas, la prueba escogida fue la de la capital de nuestra provincia, Girona. Esta vez el circuito había cambiado, no en el término belleza del recorrido ya que continuaba dibujando un camino perfecto por las más bonitas calles de la ciudad, sino por la longitud; dejando los poco más de 6 kms de las anteriores ediciones en 5. Mi hermano, convertido en runner a tiempo parcial, no dudó en participar. Está entrenando bien y era una buena forma de probarse.

Se veían muchas caras conocidas en la salida. La batalla para entrar entre los 10 mejores iba a ser dura. Como es habitual en este tipo de carreras en ruta la salida es fulgurante. Rápidamente se formó un grupo cabecero de unas 20 unidades. La inercia del pelotón sumada a la facilidad del terreno permitieron que pasásemos sin muchos problemas por debajo de 3 minutos el primer km. Como es habitual, ese es el momento en el que los polizones (entendiendo como tales a los que no están acostumbrados a correr a esos ritmos) ya empiezan a caer, aligerando el grupo. Escondido en medio de la multitud (con el gorro típico de Papá Noel) estaba José Luis Blanco. Solo comentar que cuando quiso se fue a por la victoria. Pasé los dos kilómetros siguientes a 3’09’’. El grupo se había transformado ya en una hilera: Blanco en primera posición destacado, por detrás un grupito con Genís Grau y Nan Oliveras, un par de rezagados y el grupo de 3 en el que iba, con Roger Seguí.

(Imagen de archivo)

En el último 2000 fue cuando se marcó la diferencia. Mientras que yo ya iba a menos, mis compañeros de viaje enlazaron con el grupo perseguidor de Blanco para disputar el podio. Al final entré décimo a meta con un tiempo de 15’52’’. Cabe destacar que según el GPS faltaban algunos metros, aunque prolongando el ritmo hasta los 5K justos, creo que igualmente hubiese bajado de 16’ (para los amantes de los tiempos).

Sin haber trabajado aun la velocidad-resistencia (esto es, series), los ritmos de carrera son muy alentadores. Una dosis de moral para seguir con ese frenético y cansado ritmo de vida del trabajador-triatleta.

Por su parte mi hermano se salió, corriendo en 18’10’’. Está avanzando. Si la meteorología suiza lo respeta para seguir con sus entrenamientos pronto tendré que mirar atrás.

Clasificación:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mirar atrás? Querrás decir delante. Jajaja.

Un saludo Antolí, El futuro de tu hermano.

Antolí Fauria dijo...

Jejeje. A ver si es verdad!