Cierro los ojos, pienso en Málaga y se me ilumina la
cara. El rostro se relaja y se entrevé una sonrisilla en mis labios. Mi mente
viaja unos 8 años atrás para recordar el fantástico viaje que disfrutamos unos
jóvenes de Sant Hilari con muchas ganas de comernos el mundo. Las primeras
vacaciones entre amigos. La primera experiencia adulta (entiéndase como sin la
figura de ninguna persona mayor). ¿La moraleja a la vuelta? “Hay que repetir”.
(La foto del viaje: Xavi Torres, Xavi Geli, Dani Valverde, un servidor,
Oriol Fauria y Gerard Guiu)
Una relación con la ciudad fugaz, intensa y sincera.
Y ahora, después de desearlo, nos volvemos a encontrar.
Esta vez la naturaleza de la visita es distinta, aunque el fondo es el mismo:
el placer, la ilusión. Así, este próximo fin de semana la ciudad se vestirá de
gala, aun resacosa de las procesiones de semana santa, para albergar el ICAN
Málaga, triatlón de media distancia que abre la temporada.
El cartel, de lujo, hace prever unos duelos gigantes. Aunque
ante todo y ante todos destacaría a una figura: Richard Calle. Un ejemplo de
humildad. El ejemplo de que estar con los mejores a pesar de trabajar 8 horas
diarias es posible. El T&T (Teacher and Triathlete) llega fuerte.
Cada entrenamiento de este invierno ha estado forjado
cuál espada de la Edad Media; cada km, cada metro, luchado contra la fatiga profesional
del día a día. Siempre hay dudas, siempre las habrá, pero el convencimiento de
que el trabajo dará sus frutos está presente. En todo esto Alvaro Rancé tiene
gran parte de culpa. Su guía es imprescindible.
Además, la temporada empieza con una nueva arma adquirida
con la colaboración de Vitalnutritech (des de aquí les agradezco el esfuerzo).
Y… la bondad de Carlos López, las ruedas son fantásticas.
(Isaac Muon TT)
Todo está listo. Núria también. Prepárate Málaga.
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