(Antes de empezar)
En la línea de salida un nivel alto. Hoy por hoy ya no es
una novedad que la prueba tenga grandes competidores, sino que ahora es difícil
encontrar una prueba donde el nivel sea medio. En este sentido, no me canso de recordar que la calidad de los duatletas/triatletas sube exponencialmente año tras año y el tren no espera a nadie. Salida y después
de la primera curva ya se empezó a formar el grupo de favoritos. Tardaron menos
de 1 km en meter tierra de por medio. Unas 15 unidades (increíble pero cierto)
eran capaces de correr a un ritmo muy exigente: Baldellou, Vila, Torrades,
Queralt, Capdevila, Budai y Cónsola entre otros. Por detrás, los que no pudimos
seguir esos primeros tirones formamos un grupito perseguidor. Al paso por la
primera vuelta ese segundo pelotón ya estaba consolidado y yo luchaba para no
descolgarme. Perdía fuelle y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a mis
rivales 20 metros por delante. Sufría más de la cuenta (¿quizá debido a un
pobre calentamiento?). Sin embargo, a falta de unos 3 km, y afortunadamente
para mí, las piernas empezaron a pedir gas permitiéndome conectar rápidamente
con el grupo, que ya había calmado el paso para llegar fresco a la T1. No
contento con eso, y en plena simbiosis con mis extremidades inferiores,
continué exprimiéndome. Me sentía bien.
Una veloz transición me permitió coronar con tranquilidad
la primera subida conocedor de la peligrosidad que tiene después de un esfuerzo
como un 10.000 a pie o un 1500 de natación. Confiado por el correcto sector
de bici que me salió en el MD de Valencia decidí pasar al ataque. A lo largo de
los primeros 20 km lancé unos 5 ataques y el último de ellos fructificó tímidamente
en compañía de un duatleta del ETB Vic. Anduvimos escapados un par de kilómetros.
Cuando el grupo nos absorbió de nuevo finalizó por completo mi carrera. Ya sabía que el gran
Quim Soler del Mataró (uno de los cinco mejores ciclistas del circuito catalán
de duatlón y triatlón) estaba allí con nosotros y eso no me arrugó. Mi idea era
clara desde el inicio. Así, Quim movió ficha justo cuando el grupo contactó con
nosotros, dejándome clavado. No supe ni pude reaccionar a un
latigazo de tal magnitud. Quedaban unos 20 km. Intenté por todos los medios volver
a entrar, pero cuando un pelotón de 20 ciclistas viaja a velocidad de crucero,
se convierte en una auténtica utopía. Solo, completamente solo, llegué a la T2
perdiendo unos 3 minutos con el grupo delantero y habiendo mantenido la distancia con el grupo que me
precedía. Ahora sé que sentiré durante el sector ciclista del triatlón B que se
disputará allá mismo.
(Antes de llegar a la T2)
(Corriendo hacia la meta)
El último 5000 se convirtió en un trámite. Sin
posibilidades de atrapar a nadie, me limité a cruzar la línea de meta en la 31º
posición que tenía adjudicada des de hacía muchos kilómetros.
No es un resultado para estar contento, pero tampoco me
arrepiento de la decisión tomada. Debía probarme.
El objetivo ahora es poder luchar con los mejores. Muy
pronto llegaremos.
Los triunfadores de la mañana fueron, en este orden,
Iñaki Baldellou, Xavier Torrades y Pau Castellvell ¡Felicidades!
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