La inspiración y la motivación a veces se fugan, y no solo a
la hora de practicar deporte, sino en acciones mucho menos cansadas físicamente
hablando, como escribir. Miles de segundos se ha llevado el reloj antes de que
volviera a visitar mi espacio, mi ventana a la red. A lo largo de las semanas que
siguieron al abandono del Pont de Suert estuve muy despistado a lo que
entrenamientos se refiere. Las condiciones climatológicas de la “ciutat
comptal” tampoco eran un “input” positivo de cara a remediarlo. En aquellos
días prefería la tele a las gafas de natación, el sofá a la bicicleta y las
chanclas a los zapatos de correr.
No me gustan los tópicos, pero hay uno de ellos que habla de
subidas y bajadas, de que después de una, viene la otra; de los puntos de
inflexión. Así, los TRIstes días a lo que deporte se refiere de la primera
quincena de agosto (insisto, solo a lo que deporte se refiere. Muy diferente que en el caso de Cristiano Ronaldo), dejaron paso a las alegres jornadas hasta día
de hoy. Sin ir más lejos, ayer por la mañana participé en una marcha popular de
montaña de mi pueblo, Sant Hilari, y a pesar de ser un recorrido exigente y no
muy adaptado a mis características físicas, si pude disfrutar como hacía tiempo
que no conseguía hacer. La primera mitad de carrera yendo con el vencedor, el
joven atleta del CA Lloret-La Selva Arnau Turon, y la segunda ya en solitario,
sufriendo en silencio.
(Junto a Arnau. Foto gentileza de mi madre)
Pero esas buenas maneras no eran nuevas. Hace un par de
semanas salieron a relucir tímidamente en el Triatló de Catalunya, en Banyoles.
Con un cartel de lujo y con la incógnita de saber exactamente como me
encontraría, era una quimera pensar en revalidar el 8º puesto del año anterior.
Esta vez en el agua sufrí más de lo habitual, saliendo rezagado del grupo donde
creo que debía estar. La concentración juega un papel importantísimo, y comenzar
sin ella es una fatal decisión. De todas formas, aun quedaba pescado por vender
y rápidamente se formó un grupo interesante con el que a priori se podría
compartir esfuerzo sobre las dos ruedas.
Entrábamos a colaborar frecuentemente en los relevos 4-5
triatletas, mientras que los veinte restantes se mantenían a la expectativa.
Escondidos en la tranquilidad de la rueda ajena. Parecía interesante
intentarlo, los que movíamos el grupo teníamos ritmo. Así, después de hablarlo,
se encadenaron varios ataques, la mayoría de ellos lanzados por Lluís Vila
(siempre un espléndido aliado en el sector ciclista) y un servidor, hasta que
en uno de ellos conseguimos escaparnos y formar un grupo de 6 con ambición y
ganas de empujar. Entre ellos estaban Jordi González y Sergio García, compañero
de club. A partir de entonces, las arrancadas se convirtieron en relevos largos
y sostenidos, con la única finalidad de avanzar. Durante esos 40 km pude sentir
como las bielas de la bici formaban parte de las piernas, moviendo desarrollo
con gran agilidad.
(Justo antes de la T2. Con Sergio García)
(Empezando a correr con Lluís Vila)
A pesar de haber sido generoso en el esfuerzo hasta el
momento, creía poder seguir con la misma línea. Pude transicionar rápido, pero
al empezar la carrera a pie un molesto dolor en la zona abdominal me impedía
conseguir la verticalidad. Lógica y desafortunadamente, no podía rendir al
máximo. Durante esos compases me convencía de que ese dolor era pasajero, y de
que pronto desaparecería. Iba perdiendo posiciones a un ritmo vertiginoso hasta
que milagrosamente, sobre el km 5, el dolor se esfumó. La rabia y la
frustración dejaron paso al alivio y a la alegría. Todos los sentidos estaban
activados de nuevo y una nueva carrera de 5k se estaba por llegar. Era capaz de
correr muy rápido. Sin reservar nada pude recuperar progresivamente posiciones,
hasta entrar en meta el 21º de la general.
Aunque me hubiese gustado poder luchar para aparecer más
arriba en la clasificación, no puedo negar que acabé con el convencimiento de
que han vuelto las mejores sensaciones. Ideal para afrontar el próximo reto, el
EXTREME MAN Menorca. Voy a hablar de la prueba a lo largo de esta semana.
Gracias a los puntos sumados por Albert Reig, Richard Calle y Rubén Barrio, ganamos de nuevo la liga catalana de triatlón. ¡Felicidades a todos!
(Foto de familia para celabrar la proeza)
1 comentario:
Se te echaba de menos. Un placer leerte de nuevo.
Levi.
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