El pasado fue uno de esos fines de semana inspiradores. Motivadores. A
pesar de la gran satisfacción que me produjo entrar tercero en Tossa de Mar, es
mi deber empezar esta entrada con otro acontecimiento.
Debo hablar de un hito que tuvo lugar en la capital del
Berguedà el domingo por la mañana. Allí un hombre mostró la tranquilidad y la
templanza de un depredador. Allí un hombre desplegó un arsenal infinito de calidad. Allí
un hombre controló como el más avispado estratega. Allí un hombre venció con
una inconmensurable contundencia y suficiencia. Allí un hombre dio una lección
de valores (una palabra que últimamente se usa muy a la ligera, y pocos son los
elegidos que pueden transmitirlos). Allí un hombre humilde, trabajador,
optimista, cercano y sencillo se ganó un trozo de Olimpo. Allí un hombre
llamado Richard Calle nos emocionó.
¡FELICIDADES ESPARTACO! Un hombre no nace grande, un hombre
se hace grande.
Segundo en el km 45 - Foto de Isart
Últimos y emocionantes metros - Foto de Isart
Vamos a Tossa.
Un estado del mar que podía definir perfectamente el
adjetivo que acompaña a la costa gironina, brava, nos esperaba. No fui capaz de
adaptarme ni a las corrientes ni a las olas. Me estaba dando cuenta de que no
sé orientarme. Todo se complica cuando no se nada en las aguas planas y tranquilas
de un estanque o un pantano. Los mejores nadadores (Baldellou y Relats entre ellos)
enseguida se fueron. Pude introducirme
en el primer grupo grande, aunque no sin sufrimiento: “Es el último tren,
aguanta…”. Me llevé muchos recuerdos en forma de golpes pero a diferencia de
pasadas ocasiones en ningún momento me asusté. Defendía mi espacio a ultranza.
A lo Michael Phelps nadé el segundo giro de 750 metros con agua en la gafas
dándole en el sector un toque épico. A ciegas toqué tierra con Edmon, Lluís
Vila y Jordi González. Detrás estaba Manuel Lloret y en el horizonte vi a Jordi
Vilà (los dos más peligrosos en bici).
Era clave no perder más tiempo - Foto de Núria Iturbe
Quedaban dos puertos por delante. Iba muerto. El esfuerzo
realizado en el agua me pasaba factura. Desafortunadamente el aire que
levantaba las olas también hacia acto de presencia en el asfalto. Justo a medio
puerto Lloret nos alcanzó (íbamos Edmon, Lluís Vila y Jordi González) y nos
atacó. Ahí estaba la carrera. Di todo lo que me quedaba para enganchar aquella
rueda, pero no fue posible. Contactó con Jordi Vilà y los dos se fueron a por
Baldellou (que en aquel momento ya abría carrera solo). Fue entonces cuando
Lluís se cargó con toda la responsabilidad y marcó un buen ritmo para llegar a
Llagostera. Justo antes de enfrentar el puerto de Sant Grau.
Con Baldellou, Jordi Vilà y Lloret escapados empezamos a
subir el segundo alto del día. Absorbimos a Relats y Galindo y ya formamos el
grupo perseguidor. Allí estaba la cuarta plaza. Había pasado un tiempo
razonable des de la natación y ya empezaba a encontrarme. Las piernas
respondían. Entonces llegó el momento de mover ficha e impuse un buen ritmo de
subida. Fueron 5 km en los que me probé. Me animaba ver que mis contrincantes
no lo pasaban bien. Un último km dando un puntito más redujo el grupo a 4
integrantes (dos que competían en la modalidad de relevos, Lluís Vila y un
servidor). Bajada rápida, zona de toboganes y llegada en bloque a la T2.
Empecé fuerte amarrando enseguida la cuarta posición.
Antes de acabar el primer km rebasé a Lloret, que iba andando. Fue una ración
extra de motivación saberme tercero. Baldellou ya mandaba y yo iba recortando
con respecto a Jordi Vilà. Des de hace algunas semanas me vuelvo a encontrar
bien corriendo (muestra de ello es que Iñaki solo me sacó 11 segundos en el
sector). Los puntos de giro me permitían controlar a Lluís Vila (uno de los
mejores atletas del circuito). Pude recortar más de dos minutos al segundo
clasificado pero fue insuficiente para cogerlo. Una lástima. A pesar de ello
acabé muy satisfecho de volver a tocar podio de nuevo. Todo marcha bien.
A punto de entrar a meta - Foto de Núria Iturbe
Jordi Vilà, segundo, Iñaki Baldellou, primero, y un servidor, tercero - Foto de Isart
Clasificaciones en mano, y tomando como referencia a
Baldellou, cedí 3’08’’ en el sector de natación y entré a meta con 3’18’’
perdidos. Queda claro lo que hay que mejorar para ser más competitivo.
Un placer volver a cruzar unas palabras con Miquel Blanchart. Volví a ver ambición en sus ojos. Espero volver a compartir foto, y como no, tu en el cajón más alto..
Un triatlón que me gusta. Repetiremos.