“¿Posadas? ¿Dónde está?” Creo recordar que esta es la
primera vez que nombré esta localidad cordobesa. Fue a principios de año debido
al repaso del calendario de la Federación Española de Triatlón. Era una fecha
importante a recordar, el Campeonato de España de MD.
A partir de entonces su frecuencia de paso por el entorno ha ido incrementando sustancialmente. Primero solo la pensaba una vez por semana y por casualidad, después la decía públicamente cada tres días. Durante el último mes esta palabra viaja por mi mente a diario junto a otras como: Ruzafa, tiburón y siesta (no tiene mucho sentido, lo sé. Sinceramente creo que la cordura es inversamente proporcional a las horas de entrenamiento). La obsesión con esta población es tal que nunca antes había usado tantas veces un hastag (#posadasMD).
Una preparación dura de dos semanas en pleno periodo vacacional (si no, hubiese sido imposible) impulsa mi optimismo para afrontar la carrera. Sin embargo, la clave para realizar tanto despliegue físico fue la compañía. Ha sido un placer compartir tantos kilómetros íntegramente con Richard Calle; parcialmente con Lucas Chirico; y esporádicamente con Jan Frodeno y Emma Snowsill (técnicamente solo compartimos piscina). Esto ya no nos lo quita nadie, independientemente del resultado final en el triatlón.
No todo podía ser triatlón
Después de una dura sesión de carrera a pie
Antes de una de las salidas
Con la boca abierta para ofrecer más resistencia
Referente al día D, el juez de paz será sin ninguna duda
la meteorología. El calor se erigirá como protagonista durante la media maratón
(se ha activado la alerta por ola de calor esta misma semana) con valores de temperatura
que superaran ampliamente los 35ºC.
Se perfila una ardua batalla.
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